Hoces del río Duratón

13 marzo 2012 7 Por Jesús Pérez Pacheco

Hoces del río Duratón

Después de nuestra ruta senderista por las Hoces del río Duratón desde el puente de Talcano hasta el Puente de Villaseca siguiendo un sinuoso sendero rio abajo, cogimos el coche y nos acercamos hasta la pequeña ermita de San Frutos que se encuentra en un lugar de película, sus cimientos se levantan sobre uno de los meandros que el caprichoso recorrido del río Duratón ha moldeado.

Hoces del río Duratón
Hoces del río Duratón

Desde Sepúlveda cogimos la carretera comarcal SG-V-2323 hasta el cruce con la carretera de Villaseca que cruza el parque Natural de las Hoces del río Duratón, seguimos la carretera y al llegar a Villaseca tomamos un desvío donde la iglesia de San Frutos estaba indicada, la carretera asfaltada se convirtió en una pista de tierra hasta llegar a un parking habilitado para los visitantes y bajamos andando unos 300 metros, allí, el parque natural nos recibió con toda su espectacularidad y nos justificó porque lo llaman las Hoces del río Duratón.

Hoces del río Duratón
Hoces del río Duratón

Llegamos hasta un pequeño mirador desde donde pudimos divisar el sinuoso recorrido que lleva el río Duratón, abriéndose paso a través de la roca como si fuese plastilina, años, decenios y siglos de moldeado hasta llegar a lo que pudimos contemplar aquel día, desde allí pudimos observar como el río estaba en calma y su anchura y caudal habían aumentado considerablemente, ya no era el fino y furioso hilo de agua que recorría el principio del parque durante nuestra ruta a pie, las aguas del Duratón estaban embalsadas por la presa de Burgomillodo.

Hoces del río Duratón

En las paredes verticales de las Hoces del Duratón aún seguíamos viendo buitres sobrevolar nuestras cabezas, los vimos a lo largo de la ruta que previamente habíamos hecho desde Sepúlveda al puente de Villaseca, pero allí también los había, dejamos el mirador atrás y bajamos un sendero pedregoso hasta la iglesia de San Frutos, poco a poco el meandro se iba haciendo más estrecho y vimo como las paredes del lado norte de la iglesia se encontraban pegadas al acantilado, para llegar hasta la iglesia cruzamos un pequeño puente de piedra que sorteaba un desnivel considerable, parecía como el foso de un castillo.

En el próximo capitulo os enseñaré la pequeña ermita de San Frutos y los restos del antiguo monasterio que allí se encontraba, por ahora disfrutar de las vistas de los cortados de las Hoces del río Duratón.

Podéis ver más fotos en el set de Flickr: Las Hoces del Duratón y Sepúlveda

Más información: Parque Natural de las Hoces del río Duratón

¿Dónde están las Hoces del río Duratón?

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