Día 1: Hotel Amansala (Casa del Bikini Bootcamp) – Restaurante el Tábano – Zona Arqueológica de Tulum
3 septiembre 2012Nos encontramos en el Aeropuerto, a punto de embarcar rumbo a Cancún para iniciar nuestra Luna de Miel, nos esperaban 11 horas de vuelo y era la primera vez que a cruzábamos el charco. La verdad, entre alguna cabezada, 4 películas, comida y merienda, ¡no se me hizo muy largo el viaje!
A la llegada, nos esperaba una camioneta que nos llevó Carretera Federal 307, recta sin ninguna curva, hasta llegar al desvío donde se encontraba nuestro destino, Hotel Sandos Playacar Beach Resort & Spa, un todo incluido del que si quieres no hace falta salir de el en toda tu estancia ya que dispone de todo tipo de servicios para hacer agradable tus vacaciones, os lo recomiendo. Pero nosotros aunque íbamos de viaje de novios no teníamos esa idea, sino de aprovechar al máximo y ver todos los rincones de la Riviera Maya.
Con el cambio horario, cuando llegamos allí eras las 18:30, para nosotros es como si hubiéramos trasnochado. Así que a la hora de la cena estábamos reventados! Así que decidimos ir a descansar para empezar con las pilas renovadas nuestra andadura mexicana.
Ya es la hora, suena el despertador! Nos ponemos en marcha, para ello vamos a uno de los restaurantes buffet que dispone el hotel para degustar un buen desayuno. Como todo buffet tienes mucha variedad, pero yo siempre me decanto por lo dulce, ¡es mi debilidad!! Jeje…
Por ser el primer día, haríamos una primera toma de contacto y retirada prontito. A las 11 nos recogieron en una furgoneta, para llevarnos a nuestro primer destino. Hicimos una clase de yoga muy especial. Se encuentra en el pueblo de Tulúm, Hotel Amansala, un lugar original donde la gente va a seguir un programa de relajación, comida sana y disfrutar de un lugar de ensueño. Cuenta con unas cabañas en plena playa, prácticamente para ti solo! Me quedé sin palabras.
Una de las actividades que hacen es Yoga, ahí nos incorporamos nosotros. El único problema que le vi, pues que había mas gente, no hablaban español y la monitora tubo que dar la clase en “espanglish”… fue curioso pero sin problemas porque lo que necesitas es copiar sus movimientos. Era la primera vez que hacia yoga, y fue una gran experiencia y gracias también a las vistas que teníamos. Era una cabaña con vistas al mar, con las ventanas abiertas, cerrabas los ojos y oías el romper de las olas, ya no necesitas imaginarte que estas allí para relajarte sino que abrías los ojos y ¡¡¡allí te lo encontrabas!!! Ahora, si me vuelven a pedir que cierre los ojos y que piense en que estoy en la playa, ¡ya tengo la estampa perfecta!
Ya nos íbamos, cuando repente vi una de esas hamacas que nos encontramos tanto en el Caribe y decidí intentar tumbarme! Si encuentras una postura cómoda puedes echarte una buena siesta! Jajaja. Tenía ganas de probarlas y por fin me quité esa espinita! 😀
Muy cerca desde hotel Amansala puedes encontrar un restaurante mexicano, El Tábano, en la que puedes encontrar una fusión de comida mexicana con un toque personal. Nos enseñaron que cuando hablamos de chile, no siempre tiene porque ser picante lo que te venga a la mente. Si no que hay muchas maneras de prepararlo tanto en carne como con pescado y a cada cual más rico.
Hicimos una degustación, aconsejados por los dueños, comenzando con una ensaladita fresca acompañada de unos totopos (aquí en España los llamamos Nachos), un pescado que como tal no tiene gran sabor pero que gracias a la salsa que lo acompañaba le daba un sabor muy bueno. Pasamos por un pollo con una salsa hecha a base de chocolate, chile y algunas especias, la cual tiene mucho tiempo de elaboración. Continuamos con unos crepes rellenos de chile, queso y el hongo que tienen las mazorcas de maíz, nunca pensé que me comería eso, pero hay que reconocer que estaba buenísimo. Y para rematar una tarta de queso con frambuesa casera, rica rica. Oye, vuelvo a recalcar que toda esta comida fue una degustación a compartir entre 3 personas, no somos tan gochos eh! Jajajaj
Salimos de allí encantados, si tenéis ocasión de ir hacerlo, saldréis igual de encantados que nosotros, os lo recomiendo.
Como salimos bastante llenos, y habías que bajar la comida decidimos trasladarnos a la zona arqueológica de Tulúm para hacer un recorrido por toda ella.
Allí nos acompañó un guía que nos iba contando anécdotas del lugar, donde encontramos muchos grupos de turistas que nos obstruían el paso pero conseguimos avanzar para llegar al lugar más fotografiado del lugar, pero que no me extraña porque es una estampa preciosa. Es uno de los lugares más visitados ya que es la única zona arqueológica de la Riviera Maya que se encuentra en plena costa y el contraste de paisaje es increíble, ¡verlo con vuestros propios ojos!
Después de aquí nos fuimos de vuelta al hotel, aunque parece que no habíamos hecho mucho, por culpa del cambio horario estábamos cansadísimos, nos dimos una ducha y ha cenar donde estábamos deseando terminar porque se nos cerraban los ojos del sueño, así que a la camita que al día siguiente nos esperaba otro día completito.