El Puente Romano y la Mezquita-Catedral de Córdoba
7 noviembre 2012Hoy tenemos el gusto de compartir un fantástico reportaje sobre el Puente Romano y la Mezquita-Catedral de Córdoba que ha elaborado José Luis Garcia Pineda, autor del blog ChikoNikon, donde suele mostrar sus fotos favoritas de muchos rincones del mundo pero especialmente de su ciudad natal, Córdoba, os dejo con su particular y visión a través de un paseo por la zona más famosa, turística y transitada de Córdoba.
A continuación me gustaría invitarles a dar un paseo por mi ciudad, por Córdoba y concretamente por una de las zonas más bellas y con más tradición histórica. Concretamente, si gustan, visitaremos la zona de la Torre de la Calahorra, cruzaremos el río Guadalquivir por el Puente Romano, hasta llegar a la zona de la Puerta del Puente y nos adentraremos en el ambiente de la Judería y cómo no en la Mezquita-Catedral, recorriendo sus calles aledañas, paseando por el Patio de los Naranjos y recorriendo posteriormente la zona interior del citado edificio, en el cual conviven desde hace años la religión musulmana y la cristiana. ¿Me acompañas?
Desde 1931, el Puente Romano, junto con la puerta del puente y la Torre de la Calahorra, está declarado Bien de Interés Cultural, obteniendo por ello la categoría de monumento.
Iniciamos nuestro paseo contemplando brevemente la Torre de la Calahorra que se construyó allá por el siglo XII en plena dominación musulmana y que sirvió como punto de control al acceso que tenía la ciudad por su lado sur y por donde pasaban todo tipo de visitantes (comerciantes, guerreros, viajantes, artistas e incluso habitantes de la propia ciudad). La Torre de la Calahorra alberga el Museo Vivo de Al-Ándalus pudiéndose hacerse un recorrido por la época califal acompañado de documentos, audios, figuras y objetos de la época, maquetas de edificios musulmanes y desde donde se puede contemplar una de las mejores vistas de la ciudad teniendo como fondo la imagen de la Mezquita-Catedral, la Puerta del Puente, el Molino de la Albolafia y el mismo Puente Romano. Estos elementos son los que forman el emblema del Excmo. Ayuntamiento de Córdoba.
Puente Romano.-
El Puente Romano de Córdoba está situado sobre el río Guadalquivir a su paso por Córdoba, y une el barrio del Campo de la Verdad con el Barrio de la Catedral.
Se construyó a principios del siglo I d.C., probablemente sustituyendo a uno más primitivo de madera, tiene una longitud de unos 331 metros. Fue uno de los más importantes medios de entrada a la ciudad desde la zona sur de la península Ibérica por ser el único punto para cruzar el río sin utilizar ningún tipo de embarcación. Probablemente la Vía Augusta que iba desde Roma hasta Cádiz pasaba por él.
La actual Puerta del Puente fue realizada por el arquitecto Hernán Ruiz II en 1572. En el centro del puente se encuentra un triunfo del San Rafael, que data de 1651, obra del escultor Bernabé Gómez del Río. Frente a esta figura podemos encontrar una hornacina dedicada a los patrones de la ciudad San Acisclo y Santa Victoria. En Córdoba es fácil oír erróneamente que el patrón la ciudad es el Arcángel San Rafael, pero si acudimos a los archivos bibliográficos podemos comprobar que realmente los patrones son los santos mencionados.
El entorno del Puente Romano presenta una singularidad destacable por encontrarse enclavado en una pequeña reserva natural, llamada los Sotos de la Albolafia. En este lugar anidan muchas especies de aves (un total de 120 se conocen hasta ahora), algunas de ellas en peligro de extinción, lo que constituye un hecho sorprendente si se tiene en cuenta su pequeña extensión de poco más de 2 hectáreas. En su entorno se conservan varios molinos, entre los que destacan el también recientemente reformado Molino de San Antonio, así como el conocido Molino de la Albolafia, que como se mencionó anteriormente, es el que aparece en el escudo de la ciudad.
Mezquita – Catedral.-
La Catedral de la Asunción de Nuestra Señora, antes «Santa María Madre de Dios», es el nombre eclesiástico de la Catedral de Córdoba, o antigua Mezquita de Córdoba. El edificio, declarado Patrimonio Cultural de la Humanidad junto con el centro histórico de Córdoba, se comenzó a construir en el 786 en el lugar que ocupaba la basílica visigótica de San Vicente Mártir. La mezquita fue objeto de ampliaciones durante el Emirato de Córdoba y el Califato de Córdoba. En 1238, tras la Reconquista, se llevó a cabo la conversión de la mezquita en una catedral católica con la ordenación episcopal de su primer obispo, Lope de Fitero. En 1523 se empezó la construcción de una basílica renacentista de estilo plateresco en el centro del edificio musulmán. Hoy constituye el monumento más importante de Córdoba, y también de toda la arquitectura andalusí, junto con la Alhambra.
Con 23.400 metros cuadrados, fue la segunda mezquita más grande del mundo en superficie, por detrás de la Mezquita de la Meca, siendo sólo alcanzada posteriormente por la Mezquita Azul (Estambul, 1588). Una de sus principales características es que su muro de la qibla no fue orientado hacia La Meca, sino 51º grados más hacia el sur, algo habitual en las mezquitas de Al-Ándalus.
El edificio alberga el cabildo catedralicio de la Diócesis de Córdoba y es propiedad de ésta, además está prohibido cualquier culto colectivo o rezo organizado no católico. Está declarado Bien de Interés Cultural en la categoría de monumento y es también uno de los espacios turísticos más visitados de España, considerado el primero de los 12 Tesoros de España.
A la catedral se accede por la Puerta del Perdón (lado norte), de estilo mudéjar (1477), donde se observan las hileras de naranjos y palmeras. Las fuentes y los arcos de herradura que lo rodean junto a la puerta se levanta la mezquita que se compone de tres partes: «El Patio de los Naranjos«, que en tiempos del Califato era el «Patio de las Abluciones» (conserva buena parte de su aspecto original), el alminar desmochado parcialmente y rodeado, a principios del siglo XVII, de un «encofrado» de estilo herreriano.
La puerta de Las Palmas da acceso a la mezquita: hay un bosque de 1.300 columnas de mármol, jaspe y granito sobre las que se apoyan 365 arcos de herradura bicolores. El Mihrab, lugar santo que señala la dirección Sur y no la de La Meca, de acuerdo con la voluntad de Abderramán (hacia el río porque le llevaba hasta su Damasco natal). Ésta es una de las hipótesis, pero hoy en día está más aceptada la teoría de que la nave principal de la mezquita sigue la orientación de la calle principal (cardo) de la antigua Córdoba Romana (Colonia Patricia), como se ha atestiguado en las excavaciones arqueológicas realizadas en la ciudad. El mihrab es un joyel de mármol, estuco y mosaicos bizantinos brillantemente coloreados sobre fondo de oro y bronce, además de cobre y plata.
Abderramán I entre el 780 y el 785 sobre la planta de la iglesia cristiana, cambiando la orientación de su eje. Sufrió sucesivas ampliaciones en los siglos IX y X y fue concluida bajo mandato de Almanzor. La más importante de las ampliaciones es la de Alhakén II a la que pertenecen los arcos del mihrab. En estos arcos se puede ver la evolución de la construcción: las columnas visigodas con sus arcos de herradura les resultaron demasiado bajos a los musulmanes por lo que decidieron añadir pilares sobre las columnas y disponer arcos más altos sin derribar los anteriores y policromando en rojo y blanco todos con lo que se construyó la célebre y más conocida imagen de la Mezquita de Córdoba. Fue lugar de reuniones a la vez religiosas y políticas pues podía albergar hasta veinte mil personas.
Los materiales utilizados son de acarreo: fustes de columnas y capiteles procedentes de construcciones y épocas anteriores (romanos y visigodos), sobre los cuales se elevan pilares rectangulares de sillería que dotan de más altura al conjunto. Para darle estabilidad a este alzado se recurre a dobles arcos, de los cuales el inferior, de herradura, hace funciones de entibo, mientras que el superior, de medio punto, es el que soporta la cubierta. Este sistema, además de la alternancia cromática y material de las dovelas, rojas de ladrillo, amarillentas las de caliza, parece estar inspirado en el acueducto romano de Los Milagros (Mérida).
El resultado es un inmenso bosque de columnas coronado de doble arquería que recuerda a un palmeral. El conjunto se cierra con el muro de la quibla, que a diferencia de la mayoría de mezquitas no está orientado hacia La Meca sino hacia el sur, hecho éste cuyo motivo está en duda, y que van desde la inexperiencia y el error en el cálculo, hasta la pura intencionalidad política tras la proclamación de la independencia política del emirato cordobés, todo apunta a que quisieron imitar a la Mezquita de Damasco, también de los Omeya, y orientada al sur. Las obras terminaron en el 788.
Tesoro de la Catedral.
El Tesoro de la Catedral se encuentra en la «Capilla de Sta. Teresa» y estancias adjuntas. En esta capilla puede destacarse el «Sepulcro del Cardenal Salazar y Góngora», auténtica figura del siglo XVIII cordobés, conocido por sus numerosas aportaciones a la ciudad, caso del hospital que lleva su nombre, hoy Facultad de Filosofía y Letras. Como uno de sus tesoros principales, guarda la catedral, la custodia, labrada por Enrique de Arfe. Mide 2,63 metros de altura y pesa más de 200 kilos, esta custodia procesiona todos los años por la calles de Córdoba el día del Corpus. Representa una catedral gótica de planta dodecagonal, se compone de dos cuerpos que alojan en un interior al viril y una imagen de la Virgen de la Asunción. Sufrió una restauración en el año 1735, donde Damián de Castro le añadió un basamento y elementos decorativos barrocos y en el año 1966 fue aureolado con brillantes el viril.
Hay una colección de portapaces, cálices y copones de oro y plata así como grandes cruces, de materiales preciosos una de ellas donada a la catedral por el obispo Diego de Mardones en el año 1620.
Y finalmente acabamos nuestro recorrido caminando hacia nuestro lugar de inicio de este paseo, la Torre de la Calahorra, cruzando bajo la Puerta del Puente, transitando por el Puente Romano y poniendo fin a este viaje por la historia en la torre.
Espero que este brevísimo resumen haya servido para fijar Córdoba como uno de sus próximos destinos en la agenda de viaje para los tiempos venideros, sean bienvenidos…
Un saludo.
Fotografías y texto de: José Luis Garcia Pineda