El Santuario Meiji de Tokio
15 abril 2013Nuestra primera visita en en Tokio fue al Santuario Meiji ubicado en Harajuku, tras dormir un rato y recuperarnos del jet lag, llegamos hasta la estación de Harajuku en la línea Yamanote de la Japan Rail, esta línea de tren seria nuestra referencia durante toda nuestra estancia en la ciudad de Tokio, nada más llegar a la estación y cruzar un puente que pasa por encima de las vías del tren llegamos hasta la entrada del complejo donde se encuentra en el Santuario Meiji.
Una de las cosas que más me sorprendieron del lugar fue el excepcional bosque donde se encuentra el Santuario Meiji, al parecer es un bosque de unos 700.000 m² compuesto por árboles de unas 365 especies diferentes, es increíble que pueda haber allí tal espesura en una ciudad de cemento y asfalto como es Tokio, sin duda, es uno de los pulmones más importantes de la ciudad.
Para acceder al complejo, lo más fácil es la entrada que hay desde la estación de tren de Harajuku, justo antes de entrar al bosque tenemos que pasar por debajo de un enorme torii de madera de ciprés, este arco tan peculiar de Japón nos delimita el espacio entre lugar sagrado y profano, vamos, que entrando a través de él todo ese terreno es sagrado y es un elemento característico de los santuarios sintoístas.
Poco antes de llegar al lugar donde se levanta el santuario Meiji, nos encontramos con unas estanterías con hileras de barriles de sake a un lado y vino francés al otro lado, los de sake son ofrendas que hace cada año al templo la Meiji Jingu Zenkoku Shuzo Keishinkai, una asociación de amantes del Sake, dicha ofrenda es para que la industria del sake prospere y haya abundantes ventas, las barricas de vino francés han sido ofrecidas por el representante de la región de Borgoña en Japón, un símbolo más de la amistad entre Japón y Francia, un vino que ha sido consagrado en honor a la profunda gratitud hacia los productores de vino franceses.
Estas ofrendas, representan un poco la internacionalización de Japón en el periodo Meiji, cuando las fronteras fueron abiertas al exterior y se permitieron productos extranjeros, el vino de Borgoña le gustaba mucho al emperador Meiji.
En todos los santuarios sintoístas hay que purificarse antes de entrar, es por ello que en las inmediaciones de la entrada hay unas fuentes con unos cazos para coger agua y efectuar el ritual de purificación, en el santuario Meiji estaba justo en la entrada del complejo del santuarios, tras recorrer unos cientos de metros por el bosque, había una fuente con unos cazos de madera donde turistas y nativos practicaban el ritual de la purificación.
Para purificarse había que coger el cazo con la mano derecha, coger agua y verterla sobre la mano izquierda dejándola caer fuera de la fuente, hacer el mismo procedimiento con la otra mano, luego se coge agua con la mano derecha de nuevo y se lleva a la boca, se enjuaga uno la boca y sin tragarla se escupe fuera de la fuente y tras ese proceso ya estaríamos purificados para entrar al santuario.
El santuario Meiji original fue terminado de construir en 1921, lo mandaron construir el emperador Meiji y la emperatriz Shōken, estaba hecho principalmente con madera de Ciprés y cobre pero fue totalmente destruido en la 2º Guerra Mundial durante un bombardeo en la ciudad, años más tarde, en 1958 fue reconstruido de nuevo.
El Santuario Meiji es el más importante de la ciudad de Tokio, esta dedicado al primer emperador del Japón moderno, etapa en la que se abrieron las fronteras y lo extranjero dejaba de ser una amenaza a la cultura japonesa tan arraigada, momento en el que el emperador Meiji expulsa a los Tokugawa y traslada la capital a Tokio, en ese momento se ubicaba en Kioto.
Los sintoístas creen en los kamis, estos son espíritus y dioses que se encuentran en la naturaleza, por ello, algunos de los árboles que se encuentran dentro del santuario están cubiertos con un rayo blanco de papel, quiere decir que ese árbol es sagrado ya que tiene más de 100 años y se considera protector del santuarios, también, alrededor del árbol en el santuario Meiji encontramos unas hileras de tablillas ema, son unos trozos de madera donde los sintoístas escriben oraciones y deseos y se cuelgan en algún lugar del santuario para que los kamis puedan leerlos y hacerlos realidad, claro está que dichas tablillas tenían un coste de unos 200 yenes, la comprabas, escribías tu petición en la y la colgabas en la barandilla que rodeaba al árbol sagrado.
Justo en frente del altar había una especie de caja de madera con unas rendijas por las que echar monedas, para rezar en el altar del santuario sintoísta había que soltar unas monedas, dar una palmada para llamar al kami del santuario, rezar, dar dos palmadas, hacer una pequeña reverencia y retirarse del altar.
Durante nuestra visita al Santuario Meiji tuvimos la suerte de presenciar varias bodas sintoístas en el complejo, al parecer, este santuario es uno de los más solicitados para casarse por el rito sintoísta y es por ello que anexo al edificio principal donde se encuentra el altar había un pequeño edificio donde se realizaban las bodas y bautizos y tras el acto, los novios y los invitados salían en fila recorriendo el complejo bajo la atenta mirada de los turistas, fue bonito ver a los novios con esos trajes típicos, ella que no podía casi ni andar con esas sandalias y ese vestido tan cerrado de abajo y el novio con ese kimono tan tradicional.
Podéis ver más fotos en el set de Flickr: Viaje a Japón
¿Dónde está el Santuario Meiji de Tokio?
Un lugar impresionante, un remanso de paz en medio del caos de Tokio.
Nosotros lo hemos visitado en nuestros dos viajes a Japón y es curioso que no tiene nada que ver si lo visitas entre semana o finde.
Sin duda, un lugar muy tranquilo dentro de Tokio, la verdad que nosotros fuimos en domingo y de ahí que hubiese tantas bodas, fue muy curioso verlo.
envidia cochina que tengo… como mola!
Uno de mis sitios favoritos. Siempre que he ido a Tokio lo he visitado, y seguramente volveré a hacerlo.