Postales desde Japón
4 abril 2013Esta pasada Semana Santa hemos cumplido un sueño, viajar a Japón, hemos visitado Tokio, Nikko, Kyoto, Nara y Osaka, nos juntamos un grupo de amiguetes amantes del país nipón, de su cultura y en definitiva de sus cosas frikis, podéis echar un vistazo al hashtag con el que íbamos contando todo allí, #GumisenTokio, sin duda, Japón es un país que tenía muchas ganas de visitar, me ha sorprendido gratamente, vengo bastante impresionado y es que todo allí te sorprende, hasta lo más mínimo, los primeros días ibas haciendo fotos a todo, todo te parecía peculiar, hasta el mismo cartel de los aseos o incluso al papel que envuelve el papel higiénico, durante nuestra estancia allí he hecho unas 3000 fotos que iré procesando poco a poco e iré enseñando por capítulos siguiendo mi ritmo habitual en el blog, quería ir mostrándoos un poco de Japón a través de la cámara de mi iPhone y por ello he hecho esta breve recopilación de instantes de Japón, espero que os gusten estas postales desde el país nipón.
Pasear por las calles de Tokio y encontrarte por doquier las maquinas dispensadoras de bebidas, a unos precios realmente baratos de entre 100 y 140 yenes íbamos probando cada dos por tres bebidas raras.
Allí muchas cosas están automatizadas, tanto en restaurantes como en el hotel para pagar la estancia lo hacías pagando en una maquina en la que tenias que sacar un ticket y dárselo al recepcionista como pago.
En la entrada de muchos santuarios sintoístas podías encontrar ofrendas de sake para los dioses.
Durante nuestra visita al santuario Meiji tuvimos la suerte de presenciar una boda Sintoísta.
Comer en Japón es un placer y en Yoyogi Park puedes probar muchas cosas en sus puestos de comida.
En los puestos callejeros de Yoyogi Park pudimos probar el famoso butaman, un bollo de pan a medio cocer relleno de carne de cerdo, estaba muy rico, pero como quemaba el jodío, recuerdo que me costó 500 yenes.
Japoneses y turistas disfrutando del Hamani Hanami en Yoyogi Park, la fiesta en la que la gente va a comer al parque mientras contempla el florecer de los cerezos japoneses, unos cerezos que no tienen nada que ver a los nuestro y ya os digo yo que es impresionante la estampa que dejan.
En las cercanías del santuario Meiji, justo en frente de la estación de Harajuku hay una calle muy conocida y transitada, es la famosa Takeshita Street, una calle de tiendas y restaurantes donde hay que ir para realizar las primeras compras en Tokio.
Esperando a que se ponga verde el semáforo del cruce de Shibuya, el cruce más transitado del planeta donde dos pasos de cebra convergen en una equis convirtiéndose en un bullicio de gente cuando la luz esta en verde, para que os suene este cruce sale en las pelis de Resident Evil.
La estatua de Hachiko, el lugar donde quedan los tokiotas como los madrileños quedan en el oso y el madroño de la puerta del Sol, la estatua se sitúa en las cercanías de la estación de Shibuya en memoria del perro que siguió esperando en la estación a que su dueño regresase del trabajo tras la muerte de este.
Tokio cambia totalmente de noche, los anuncios de las calles se iluminan y da la sensación de que caminas por una ciudad totalmente distinta, en el cruce de Shibuya parece de día con tanta iluminación.
En cualquier esquina de Aikihabara, la ciudad eléctrica de Tokio puedes encontrarte una exposición de robots de guerra tipo Gundam.
El metro de Tokio puede ser agobiante aunque para los que estén acostumbrados a coger la línea 6 de Madrid en hora punta se sentirán como en casa.
Me encantan las calles japonesas decoradas con cerezos en flor, esta calle es la que va de la estación de Mitaka hasta el museo Ghibli.
Totoro nos va guiando en el camino hasta el museo Ghibli.
Algo que me ha gustado de Japón es que se preocupan de esos pequeños detalles que hacen la vida más fácil.
Son una pasada los detalles de la vidrieras con los personajes de la factoría Ghibli.
El famoso robot soldado de la película El Castillo en el Cielo es más grande de lo que me imaginaba.
Comer en Japón es barato y de calidad.
Para los amantes de Dragon Ball, Japón es el paraíso, me compré algunos muñecos realmente baratos.
Callejuelas tokiotas.
Allí no saben lo que es Whatapp, el Line lo peta y las Ufo Catcher para coger sus muñequitos son la leche.
Nada como tomarse un Pocari Sweat para reponer los electrolitos perdidos con las horas y horas de caminata por Tokio.
Paseando por el mercado de ropa y pescado de Okachimachi.
Lo que os decía del papel higiénico, mirad que mono.
La bulliciosa calle de puestos de suvenires que lleva al templo Sensouji.
Interior del templo budista de Sensouji en el barrio de Asakusa de Tokio.
La pagoda de Sensouji.
Un buda en Sensouji.
La famosa caca dorada de Asakusa.
Panorámica del río Sumida.
Coches que se encuentra uno por la zona de Roppongi.
La famosa torre de Tokio, dicen que es más alta que la torre Eiffel.
La arañita de la torre Mori.
La imponente torre Mori, uno de los mejores miradores para divisar Tokio desde las alturas.
Las impresionantes vistas de Tokio al anochecer.
Sin duda, una de las comidas que más me han gustado de Japón, la tempura y la sopa de miso.
Camino de la isla de Odaiba en el tren sin conductor.
No, no es Nueva York, es Tokio, la estatua de la Libertad que hay en la isla de Odaiba.
Famosetes de la Fuji TV, la televisión publica japonesa.
La isla de Odaiba parece una ciudad futurista.
Probando la hamburguesa de ebi en el McDonalds, la hamburguesa de gamba.
Lo de pagar con el móvil mediante NFC esta a la orden del día en Tokio.
He vuelto realmente adicto al Matcha, el té verde japones, esta buenisímo y este Matcha Latte del Starbucks es un manjar.
El Gumdan gigante del centro comercial Diver City es impresionante pero decepciona un poco el espectáculo, te esperas que mueva algo más que la cabeza.
La última moda en Tokio para pasear a los perros.
Uno de los puentes que cruza el río Sumida en el barrio de Tsukiji.
El mejor shushi Sushi que he probado.
El famoso puente sagrado de Nikko.
El lugar sagrado de Nikko, con sus templos y santuarios entre la espesura es una pasada visual.
Recorriendo el abismo de Ganmangan Fuji encontramos unas cuantas figuras de Jizõ, el patrón de los viajeros y los niños.
Shinkansen a Kyoto.
El templo de Kiyomizu en Kyoto al anochecer.
Las replicas de comida de plástico en los restaurantes son una auténtica pasada, que nivel de detalle.
Templos y más templos en Nara.
Mucho cuidadito con los yonkiciervos de Nara, se comen hasta los mapas de los turistas despistados.
El buda del Todaiji de Nara, es el templo más impresionante que he visto, es realmente grande.
Si es que estos japoneses nos sacan 7 horas de ventaja, lo que os comentaba de esos pequeños detalles que hacen la vida más fácil, hasta los baños tienen mapa ilustrativo para saber como moverse.
Las bulliciosas calles del Dotombori de Osaka.
Este luminoso en Osaka viene siendo lo mismo que nuestro luminoso de Schweppes en Callao.
De la serie de alcantarillas por el mundo, aquí esta la de Osaka.
Leyendo mi manga favorito en un Manga kissa donde pasamos la noche en Osaka, un lugar para dormir poco, leer mangas y ver animes entre otras cosas.
De visita por la Apple Store del barrio de Ginza, donde descubrí que todo valía bastante más barato que en España.
Akihabara de día.
De vuelta al aeropuerto en el Narita Express, mirad que pedazo de tren, parece un Gundam.
Y esto es todo, he resumido bastante para no abrumaros con tantas fotos de Japón, pronto los fotorreportajes habituales de cada sitio.
¡Buen reportaje has hecho con el iPhone!
Por cierto, que sepas que estoy ansioso por ver tu post de fotos de tapas de alcantarillas 😉
Buen post, aunque como resumen se queda corto. Japón no se puede explicar, hay que vivirlo. Yo aún no he pasado todos los vídeos, tengo para unos cuantos meses! xDD
Me ha encantado este reportaje, me lo pasé en grande con vuestros tweets y reviviendo algunos de los momentos que también viví en Japón 😀
Seguro que ya tenéis ganas de volver.
Envidiaaaaaaaaaaaaaaaaa
¡Molan las fotos! Que ganas de volver a Japón me acaban de entrar T_T
Que reportaje más guapo! Desde luego te has venido con el Iphone bien cargadito, y es que como dices hasta el más mínimo detalle tiene que sorprender en un país tan diferente como Japón. Que ganas tengo de conocerlo!!