El Castillo de Peñas Negras en Mora, Toledo
30 mayo 2019
El Castillo de Peñas Negras es una fortaleza roquera levantada en el siglo X por los árabes en un risco pedregoso a 3 kilómetros de la localidad toledana de Mora, una fortaleza medieval de gran interés arquitectónico debido a su forma alargada como de buque por la irregularidad del terreno, aunque su estado es de ruina, se están haciendo trabajos de restauración en algunas zonas de la misma y es visitable de forma gratuita tomando ciertas precauciones.
Toledo es una provincia llena de castillos, fe de ello es que en esta zona se concentran varios que eran visibles entre sí, como es el castillo de Almonacid de Toledo o el Castillo de Consuegra, este de Mora se sitúa a medio camino entre los dos sobre uno los riscos más elevados de la zona, a 3 kilómetros de la localidad por la carretera de la almazara se llega hasta un camino de tierra donde se pueden dejar los coches y subir andando por un sendero hasta la fortaleza, el castillo tiene una entrada principal con un arco de medio punto y una serie de carteles informativos que cuentan bastante sobre la historia que aconteció sobre estas piedras del siglo X, el acceso se hace por una escalinata de piedra y nos da acceso a una explanada donde se encuentran las torres laterales un foso pegado a la muralla intramuros.
El castillo de Mora, construido en el 931 por los árabes, era una fortaleza prácticamente inexpugnable hasta que fue arrebatada a los árabes por parte de los cristianos en tiempos de Reconquista, fue donado a la orden militar de Santiago por parte del rey Alfonso VIII en el año XII para intentar repoblar el territorio por cristianos, además se convirtió en primera línea de defensa y control de la ciudad de Toledo de la mano del alcaide Munio Alfonso. Más tarde durante la etapa de la orden de Santiago, el castillo de Peñas Negras se utilizó como prisión de estado y en la mazmorra de la torre del homenaje se encarcelaron algunos personajes ilustres de la época como D. Álvaro de Luna, D. Enrique de Aragón o Cesar Borgia, este último se escapó descolgándose por la torre de la garita. En el siglo XVI se le dio un toque más palacial y menos militar y se construyó un patio porticado delante de la torre del homenaje del que hoy en día queda poco, a finales del siglo XVI pasó de la Orden de Santiago al Señorío de los Rojas y donde el castillo empezó a ser abandonado y comenzó su decadencia y estado de ruina hasta nuestros días, aunque durante la guerra de la independencia y en la guerra civil del 36 fue usado como base de operaciones militares. Hoy en día pese a su estado de ruina, se puede ver como hay zonas en reconstrucción, con grandes andamiajes y grúas.
Pese al estado de ruina del Castillo de Peñas Negras, se puede visitar con cierta seguridad, en los accesos más complicados se han habilitado una serie de pasarelas de metal con suelo antideslizante, así como unas escalinatas para subir a la zona de la torre del homenaje que está dentro de la muralla interior, allí hay un pequeño patio de armas y acceso a otras estancias del castillo, la torre está prácticamente en ruinas y una serie de andamios sustentan su muros, ahí mejor no meterse, por seguridad. Desde allí arriba hay unas vistas impresionantes del mar de olivos que está zona de Toledo, me recordó mucho a Jaén.
El Castillo de Peñas negras, más conocido como fortaleza de Mora es un buen lugar a visitar en una excursión por la zona, nosotros paramos de paso cuando fuimos a ver Consuegra y sus famosos molinos y nos encantó, fuimos con Alba y no tuvo ningún problema en llegar hasta la fortaleza, eso sí, una vez arriba con mucha precaución puesta hay caídas a distinto nivel y el foso que no esta cerrado por ningún sitio, por lo demás genial, un buen lugar para tomar fotografías de la vas ta llanura de tierra toledanas.
Podéis ver más fotos en el set de Flickr: Castillo de Peñas Negras
Más Información: Visita al Castillo de Peñas Negras
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Le he visitado dos veces, pero no estoy de acuerdo con lo de castillo. Es una posición avanzada, y si se observa desde el sur, es decir, desde la carretera en dirección norte, se puede apreciar la utilización del terreno abrupto, y además analizando su interior, el lugar no admite una fuerza seria, me refiero a más de diez hombres con la impedimenta, paso del caballo de guerra, no hay lugar para protegerles y si se alimenta de hierba, el caballo se convierte en un problema para el jinete, carece de fuerza para la batalla, precisa de grano.
Y además, estoy seguro, que era posición de castigo, los soldado problemáticos eran condenados a esas posiciones, donde la supervivencia era casi imposible.
Pero el lugar esconde misterio, me quedé solo en el borde, cerca de la torre de aproximación. El sol calentaba a pesar de ser principio de primavera, y suaves rachas de viento me refrescaban, perdí la noción de todo, me había aislado en busca del ruido de batalla, pero me respondió el silencio, y las rachas de viento aumentaron, la magia se había roto. Volveré.
Rinthus.